Astarsa
(Astilleros Argentinas Río de la Plata S.A.) ubicado en la zona del Tigre sobre
el río Lujan, llegó a ser el astillero privado más importante del país, con
capitales de los dueños de la Ferretería Francesa y la familia Braun Menéndez. Contaba
con 1500 trabajadores de los cuales 700 eran navieros y 800 metalúrgicos. A principios de los ’70, cada botadura se
cobraba la vida de uno o dos obreros navales. En mayo de 1973, tras la muerte
del obrero José María Alessio, los trabajadores tomaron la empresa con retención de rehenes en
reclamo de mejores condiciones de trabajo, exigiendo la conformación de una
comisión de seguridad e higiene y la reincorporación de todos los despedidos
desde 1965 por motivos políticos y gremiales.
Así se dio la inédita experiencia,
articulada con la universidad, en la prevención de accidentes laborales.Y en la
que los propios trabajadores, organizados, dictaban las normas de seguridad e
higiene y las hacían cumplir como así tambien otras reinvindicaciones como las
de pasar a trabajar 6 horas y 45 minutos por turno y la reincorporación de los
despedidos.Esta experiencia se llevó a cabo durante varios años hasta que el 24
de marzo de 1976, el Ejército ocupa militarmente la planta y detiene a 60
obreros, en un operativo que contó con la colaboración de la patronal y del
sindicato, según el
relato de varios sobrevivientes. Lo que siguió fueron asesinatos y desapariciones de los trabajadores navales, según Morelli, “en represalia por lo contundente de nuestra lucha”.De esos trabajadores hoy continúan desaparecidos 16.
La CTA y la CTERA homenajearon a los
obreros de ASTARSA en el marco de la 2º Semana Argentina de la Salud y la
Seguridad en el Trabajo. Realizado en el Salon de la Cultura de Tenópolis
En el panel estuvieron Stella Maldonado
(Ctera), Hugo Yasky (CTA) y Juan Sosa (ex trabajador de Astarsa y músico exiliado),
la conducción estuvo a cargo de Pablo Reiner (Sec DDHH de CTA)
A 38 años del golpe civico-militar que se
llevó la vida de parte de los trabajadores de Astarsa, es menester manifestar
nuestro reconocimiento a quienes pusieron en marcha una memorable tarea de
autogestión de los riesgos de trabajo, en una industria con altas tasas de
fatalidad.