Cuando un jueves de abril de 1977, a las cinco de la tarde,
catorce mujeres, madres de desaparecidos, desafiaron la prohibición del derecho
de reunión promulgada por la todopoderosa Junta Militar y manifestaron en la
Plaza de Mayo su dolor y su rechazo a ser despedidas sin respuesta del
Ministerio del Interior, los generales perdieron su primera batalla.
Ellas fueron y son Azucena Villaflor de
De Vincenti, Berta Braverman, Haydée García Buelas, María Adela Gard de
Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard y Cándida Gard, Delicia González,
Pepa Noia, Mirta Baravalle, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin, una mujer de
apellido De Caimi y una joven que no dio su nombre.
Ante tanta negativa, cierto día en la iglesia Stella Maris, Azucena Villaflor, propuso salir del anonimato y resolvió pedir audiencia en la Casa Rosada. Tímidamente, el grupo comenzó a reunirse en un banco de la Plaza de Mayo hasta que las hicieron circular. Así iniciaron las marchas -que se reiteraron cada jueves a las 3 de la tarde- y ya eran más de 300 madres cuando ese año, en una peregrinación a Luján, decidieron identificarse entre la multitud cubriéndose la cabeza con los pañales blancos de sus hijos desaparecidos.
Tuvieron que luchar
incluso contra el telón de fondo del Mundial de Fútbol de 1978, porque se lo
utilizó para montar la mayor operación de aprovechamiento político del deporte
que se haya visto desde los Juegos Olímpicos de Munich en 1936.
Pasaron rápidamente de ‘Madres’ a ‘Locas’
Pasaron rápidamente de ‘Madres’ a ‘Locas’
“Comenzaron con
manifestaciones simbólicas, no violentas, en la Plaza de mayo, de ahí el nombre
que se les dio, primero ‘Locas’ de la Plaza de Mayo, luego ‘Madres’ de la
Plaza de Mayo, pero yo preferí llamarlas Madres Coraje, ya que, frente a la
fuerte represión que sufrieron, que llegó incluso hasta el secuestro y la
desaparición de algunas de ellas, se mantuvieron firmes, llorando, pero
firmes”. (Adolfo Perez Esquivel, Premio Nobel de la Paz,
1980)
Queridas Madres:
seguiremos acompañándolas y replicando sus pasos y sus avatares porque son
mucho más que símbolo de lucha y dignidad por la vida. Siguen escribiendo
páginas en nuestra historia para las jóvenes generaciones por venir. Es nuestro
compromiso mantener viva la memoria por
la verdad y la justicia!!!
30.000 compañeros detenidos-desaparecidos siempre
Presentes!!!
SUTEBA AVELLANEDA